tag:blogger.com,1999:blog-16811621423501407582024-02-18T19:54:30.302-08:00"EL ABREVADERO DE LOS DINOSAURIOS"En este mundo mágico, maravilloso, a veces de duras realidades, pero igualmente de espléndidas oportunidades para desplegar la imaginación, presento este espacio con una sincera sonrisa, por el puro gusto de que te animes a visitarlo. Y que compartas conmigo lo mejor que puedo: ejemplos de lo que llamo "mi" literatura, algunas piezas de música, imágenes, experiencias, mi concepción y filosofía de la vida pues, que a lo largo de la vida he atesorado con afecto. Disfrútalo como yo.Cut Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/13334884701339040610noreply@blogger.comBlogger16125tag:blogger.com,1999:blog-1681162142350140758.post-69567599168916372882009-06-18T10:52:00.000-07:002009-10-07T13:31:22.141-07:00CON MÚSICA DE MORRICONE<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_LXBn4Cy2RQY/SjqKD5cGTnI/AAAAAAAAAGo/MYqsksq6yj8/s1600-h/BARQUITO+DE+PAPEL.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 300px; DISPLAY: block; HEIGHT: 336px; CURSOR: pointer" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5348739307018800754" border="0" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_LXBn4Cy2RQY/SjqKD5cGTnI/AAAAAAAAAGo/MYqsksq6yj8/s400/BARQUITO+DE+PAPEL.jpg" /></a><br /><div style="TEXT-ALIGN: justify"><span style="font-family:lucida grande;"><span style="font-family:verdana;"><span style="FONT-STYLE: italic">Estuve sentado horas y horas cerca de mi ventana de cuarto piso, contemplando una luna excelsa y brillante, con las manos entrelazadas enmedio de las piernas y evocando las noches cálidas de mi pueblo. Soplaba un viento frío que golpeaba mi cara. Me costaba creer como en tan poco tiempo mi ánimo podía abatirme así, al grado de impedirme "conversar" con mis pensamientos e incluso sentir cierta incomodidad al escuchar la múisica que más me gustaba.</span><br /><br /><span style="FONT-STYLE: italic">Quizá fueron los rayos de ese espléndido astro, quizá fue la luz mandarina y tibia de su presencia invisible que me iluminó de pronto. Lo cierto es que en un barquito de papel puse lo mejor de mis recuerdos y me arrisgué gustoso a restarle dimensión a mi tristeza. Creí que semejante recurso era lo más conveniente en este tipo de menesteres.</span><br /><br /><span style="FONT-STYLE: italic">Impulsados por mi demedido anhelo y las notas musicales de Morricone, sus pequeños dobleces llevaron al barquito de papel por todos los rincones de mi habitación, depositando aquí y allá rotundas manifestaciones de júbilo. Sin embargo, sólo Dios supo todo lo que ocasionó tan súbito vacío generado por mi desconsuelo.</span><br /><br /><span style="FONT-STYLE: italic">En esa minúscula nave de papel se reunieron melancólicos, más bien agobiados, las macetas, el sillón negro, la silla de madera, una lámpara de barro, un viejo perchero y un ramo de jacintos; este último reiterando a sus camaradas que el perfume de sus ejemplares regresaría, tan pronto pudiera ver mis ojos reflejados en sus ojos maravillosos y su sonrisa que todo lo ilumina.</span><br /><br /><span style="FONT-STYLE: italic">La noche se hacía más vieja y la luna se comenzaba a opacar. Procuré abatir mi congoja, pero simplemente no lo pude lograr. Pudo más el descontento y la penumbra. Después de ver largos minutos su retrato, donde aparece sonriente, con quién sabe qué músicas en el pensamiento, me repetí una y otra vez: "Quisiera que estuvieras aquí, conmigo, mi niña deliciosa". Luego de llorar como un niño al que le quitan su juguete, trepé al barquito de papel y me quedé profundamente dormido...con música de Morricone.</span></span></span> </div>Cut Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/13334884701339040610noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1681162142350140758.post-87880128276727940382009-06-17T08:53:00.000-07:002009-06-17T11:06:27.518-07:00BAJO LA DUCHA<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_LXBn4Cy2RQY/SjkwMhVyBII/AAAAAAAAAGg/VD_Ssk7If9U/s1600-h/mujer_ducha-1.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 338px; height: 400px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_LXBn4Cy2RQY/SjkwMhVyBII/AAAAAAAAAGg/VD_Ssk7If9U/s400/mujer_ducha-1.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5348359024145466498" border="0" /></a><br /><br /><div style="text-align: center;"><span style="font-family:lucida grande;"><span style="font-family:verdana;"><span style="font-family:courier new;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-family:verdana;">Bajo la ducha, descubrí tu geogarfía y me llevaste a conocer el paraiso.</span></span></span></span></span><br /><span style="font-family:lucida grande;"><span style="font-family:verdana;"><span style="font-family:courier new;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-family:verdana;">Bajo la ducha, sin pudor, olí tu perfume y, con toda dignidad, convocaste con tu espalda mis sentidos.</span></span></span></span></span><br /><span style="font-family:lucida grande;"><span style="font-family:verdana;"><span style="font-family:courier new;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-family:verdana;">Bajo la ducha, comencé a esculpir tu fragancia con caricias y con sueños repasando como ciego, hasta hacer de tu vientre y tus caderas un teclado.</span></span></span></span></span><br /><span style="font-family:lucida grande;"><span style="font-family:verdana;"><span style="font-family:courier new;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-family:verdana;">Bajo la ducha, descubrí otros placeres al regalarme tu cuerpo un concierto de gemidos que detonaba al explorar mi mano sus rincones.</span></span></span></span></span><br /><span style="font-family:lucida grande;"><span style="font-family:verdana;"><span style="font-family:courier new;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-family:verdana;">Bajo la ducha, nos quitamos el disfraz y descubrimos a los seres que se atraen.</span></span></span></span></span><br /><span style="font-family:lucida grande;"><span style="font-family:verdana;"><span style="font-family:courier new;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-family:verdana;">Bajo la ducha, mi boca con ansia y tus pechos se juntaron.</span></span></span></span></span><br /><span style="font-family:lucida grande;"><span style="font-family:verdana;"><span style="font-family:courier new;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-family:verdana;">Bajo la ducha, dejaste que rozara tu rostro con mis manos, embriagándote de besos, en pausas delicadas, mientras tu halabas mi cintura y hacías un bosquejo que interrumpías apenas para separar, sin prisa, fronteras olvidadas.</span></span></span></span></span><br /><span style="font-family:lucida grande;"><span style="font-family:verdana;"><span style="font-family:courier new;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-family:verdana;">Bajo la ducha, lavaste mis pecados con la magia de tus pies, mientras yo me encargaba de lo tuyo.</span></span></span></span></span><br /><span style="font-family:lucida grande;"><span style="font-family:verdana;"><span style="font-family:courier new;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-family:verdana;">Y así, bajo la ducha, en perfecta comunión, con la música más grata: la que tocaron nuestros cuerpos, perdimos la noción del espacio y tomamos al tiempo de rehén.</span></span></span></span></span><br /><span style="font-family:lucida grande;"><span style="font-family:verdana;"><span style="font-family:courier new;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-family:verdana;"></span></span></span></span></span></div>Cut Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/13334884701339040610noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1681162142350140758.post-16716312002871241132009-06-15T11:28:00.000-07:002009-07-13T08:42:20.088-07:00LA SILLA<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_LXBn4Cy2RQY/Sjfh2QvNbkI/AAAAAAAAAGQ/aunSDCLxs00/s1600-h/LA+SILLA.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5347991404847918658" style="margin: 0px auto 10px; display: block; width: 385px; cursor: pointer; height: 400px; text-align: center;" alt="" src="http://4.bp.blogspot.com/_LXBn4Cy2RQY/Sjfh2QvNbkI/AAAAAAAAAGQ/aunSDCLxs00/s400/LA+SILLA.jpg" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-style: italic;">Te veo en mi habitación de cuarto piso, con muebles de tercera, esperenazas de segunda y sueños de primera. No hay mucho que descatar del que es el primer refugio (el segundo es, sin duda, la oficina) de un viejo "lobo estepario" como yo, a no ser por las plantas más o menos bien cuidadas, un confortable sillón negro ideal para la lectura (quizá otros placeres), y una silla de madera con asiento de cuero y respaldo de palma tejida.<br /><br />Y es en el primero que descansas para beneplácito de mis ojos. Te invito un café, me sirvo uno y lo consumimos despacio, procurando ambos conservar cierta higiene en nuestra actitud y modales. Luego, avanzamos por el camino trivial de las preguntas: ¿cómo va todo?, ¿qué dice el clima tan cambiante?, ¿qué película nueva viste ultimamente?. Me miras de reojo y yo correspondo igual. No atino a descifrar lo que hay atrás de tu mirada...curiosidad, interés, picardía...Estas y otras palabras cruzan en mi mente sin aclarar mis dudas. Las muejeres son así, inexplicablemente mujeres. Y que bueno.<br /><br />Inquieto, más bien nervioso, camino por aquí y allá, dando vueltas a tu figura menuda, sensual y bien formada que descansa sobre el sillón. Me acerco y no puedo contener un impulso: ver el contorno de tus senos; exaltados, arropados por un delicado sosten de encaje lila mudo y feliz testigo de una deleitable rutina cotidiana de sube y baja. Senos, cuya textura tersa y antojadiza, se adivinan hechos para acariciar, mimar, besar...soñar.<br /><br />De pronto, estoy demasiado cerca para evitar el beso. No te beso, no me besas...nos besamos lentamente pero con pasión, recorriendo el borde de nuestros labios con la lengua primero y después con más fuerza. Solidarizados con nuestra mutua necesidad de afecto. Deseosos, excitados por una circunstancia que intuíamos ajena a nuestra propia voluntad. Así comenzamos una rutina implacable, cachonda, decidida...Al fin profesionales espontáneos de eso de hacer feliz al otro, de que que el otro sea más importante que uno.<br /><br />Con la luz inundando mi estancia y mis emociones, te levanto y luego de un instante me descubro apretando tus pezones, duros y orgullosos. Libero tu cuerpo ganando espacio sobre la débil resistencia de tu vestimenta, mientras tu desnudez irradia electricidad a mis ojos y manos y tu voz sensual le sube la temperatura a mi oído.<br /><br />Te separas y de inmediato avanzas hacia mí, me abrazas y despiertas las cosquillas mas sentidas, las sensaciones mas ardientes que mi cuerpo jamás había experimentado. El resultado es obvio: me despojo de una ropa que comenzaba a quemarme.<br /><br />Tus manos diestras desafían mi infinita necesidad de poseerte y juegan con la poca paciencia que aún nos queda. Nos miramos a los ojos. Leemos nuestros deseos. Calmo mi boca sobre la tersura de tu cuello y hombros, mientras me acaricias la entrepierna. Muerdo uno de tus pezones...lo gozo, lo recorro con mi lengua y dejo que mi saliva lo envuelva. Paso al otro y repito el celestial ejercicio. Un ir y venir de excitantes imágenes invade mi pensamiento. Se acelera mi pulso.<br /><br />Con el corazón en la garganta, las manos sudorosas y aturdido en extremo, te llevo hasta la silla y me siento primero. Luego lo haces tú sobre mí, de frente, y comenzamos a besarnos y acariciarnos casi con violencia. En cuestión de minutos, la habitación completa está al rojo vivo. El momento es decididamente fogoso, encendido, candente. La pequeña silla parece derretirse al hospedarnos. Y en sus agudos rechinidos lo mismo se adivina una reclamación que un frénetico festejo.<br /><br />Tu mano se apropia de mí. Recorre mi pecho y mi espalda con cálidos trazos y con los dedos en "v" detalla las venas y el calor de mi inflamado miembro. Juguetea con una gota de mis humedades y la entreteje en el espesor de tu pelambre y el mío.<br /><br />Cambias de posición para ofrecerme tu espalda y tus caderas ataviadas con provocativas curvas. Enseguida otra vez como al principio. Apoyas tus brazos en mis hombros y damos inicio a un delirante ritmo que celebran nuestros cuerpos. El meneo constante de tus caderas lo mismo me lleva hacia tu interior que hasta el mismísimo cielo. Te oprimo contra mí, presionando tus nalgas firmes y rotundas, para después hundir mi lengua en tu boca buscando su sabor.<br /><br />En este momento siento en la humedad de tu sexo, dulce y ardiente, un efusivo mensaje de agradecimiento. Después, a mi conjuro mental tus espléndidas piernas se enroscan a mi cintura y tu mano guía mi mano por todos los rincones de tu anotomía. Volvemos a mirarnos y llegamos a las mismas conclusiones. Te dejas entrar y me dejo envolver. Te dejas gozar y me dejo tener.<br /><br />Nos reinventamos en la silla. Ahora te arrodillas en ella y yo disfruto un horizonte que en mucho se parece a lo sublime. Acaricias coquetamente tus sensuales pies (¡Ay esos maravillosos pies tuyos mi dulce criatura!) y el nacimiento de tus nalgas, justo en el momento que exploro a besos toda tu geografía, desde la cabeza a los tobillos. Me acerco a tí, avanzo amoroso, lentamente, dentro de tí. Y al tiempo que me aferro a tu sudado cuerpo y te susurro entrecortadamente palabras apasionadas a los oídos, se escapa de tu boca un discreto grito de placer primitivo y vital. Intercambiamos besos, lenguetazos y mordisquitos. Nos arrancamos gemidos y demás sonidos de placer. Tu sexo y el mío se detallan entre sí y su dilatación se realiza por todo el universo. Acabamos juntos para volver a empezar. Acabamos juntos para ir a la cama a tomar un descanso. Luego en un instante casi mágico y a punto del llanto, comenzamos a recordar.<br /><br /><br /><br /><br /></span></div>Cut Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/13334884701339040610noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1681162142350140758.post-85219336631562678382008-10-10T16:48:00.000-07:002008-10-10T17:14:06.313-07:00ESTAS HORAS, ESTOS MINUTOS...<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_LXBn4Cy2RQY/SO_uhQ3aeOI/AAAAAAAAAFg/VcqeqqQQKdw/s1600-h/grimshaw.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer;" src="http://1.bp.blogspot.com/_LXBn4Cy2RQY/SO_uhQ3aeOI/AAAAAAAAAFg/VcqeqqQQKdw/s400/grimshaw.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5255681545395140834" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-style: italic;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:lucida grande;"><br /></span></span></span><div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic; font-weight: bold;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:lucida grande;"><span>Estas horas, estos minutos que no te he visto, no he podido darle alas a todo lo que más quiero, pero sobre todo a los pensamientos que me envuelven, por todo lo que valen y lo que significan. Como nunca, he dormido mucho y soñado poco, en un deliberado ejercicio de autocastigo por no ver la luz.</span></span></span></span><br /><br /><span style="font-style: italic; font-weight: bold;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:lucida grande;"> <span>Estas horas, estos minutos he escrito mi desencanto en alma y mente, he sacado mi traje más viejo del ropero para que cubra mi cuerpo, he escuchado una y mil veces el Réquiem de Mozart y pocas ocasiones intenté una sonrisa.</span></span></span></span><br /><br /><span style="font-style: italic; font-weight: bold;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:lucida grande;"> <span>Estas horas, estos minutos que no te he visto, como ninguna otra vez he imaginado a qué sabe la miel y han aumentado mis ganas de decir "te extraño".</span></span></span></span><br /></div></div>Cut Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/13334884701339040610noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1681162142350140758.post-42667217245965440282008-10-01T18:56:00.000-07:002008-10-02T17:35:55.501-07:00SI PUDIERA...<a href="http://2.bp.blogspot.com/_LXBn4Cy2RQY/SOVosJw6teI/AAAAAAAAAFQ/mgEn_tNeV-o/s1600-h/mujer.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5252719648142177762" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_LXBn4Cy2RQY/SOVosJw6teI/AAAAAAAAAFQ/mgEn_tNeV-o/s400/mujer.jpg" border="0" /></a><br /><div><div style="TEXT-ALIGN: center"><br /><div style="TEXT-ALIGN: center"><span style="font-size:130%;"><span style="font-family:verdana;"><span style="FONT-STYLE: italic">Si pudiera cambiar el tiempo,</span><br /><span style="FONT-STYLE: italic">te buscaría en esa otra vida</span><br /></span></span><span style="font-size:130%;"><span style="font-family:verdana;"><span style="FONT-STYLE: italic">para amarte como he soñado.<br /></span><span style="FONT-STYLE: italic">Si pudiera sumar y restar,</span><br /><span style="FONT-STYLE: italic">me restaría la edad y me sumaría</span><br /><span style="FONT-STYLE: italic">a tí para desafiar la lluvia y caminar</span><br /></span></span><span style="font-size:130%;"><span style="font-family:verdana;"><span style="FONT-STYLE: italic">en medio de los charcos.<br /></span><span style="FONT-STYLE: italic">Si pudiera volar,</span><br /><span style="FONT-STYLE: italic">traspasaría montañas, valles y ríos</span><br /><span style="FONT-STYLE: italic">para protegerte contra todas las</span><br /></span></span><span style="font-size:130%;"><span style="font-family:verdana;"><span style="FONT-STYLE: italic">tempestades y darte mi calor.<br /></span><span style="FONT-STYLE: italic">Si pudiera hacer tratos con Dios,</span><br /><span style="FONT-STYLE: italic">le pediría poder para sanar todo tu malestar;</span><br /><span style="FONT-STYLE: italic">fortaleza inacabable para velar tu sueño</span><br /></span><span style="FONT-STYLE: italic"><span style="font-family:verdana;">y el valor necesario para poderte besar</span>.</span> </span></div></div></div>Cut Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/13334884701339040610noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1681162142350140758.post-48395393377325259352008-09-15T17:25:00.000-07:002008-10-28T17:05:08.815-07:00SIN TUS ZAPATOS PUESTOS<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-bhxfVjimvILP624Lb0LCCjOnwWLON15qxT5T1aHSirObL6tVdt_WRvDVf_D045xUN3HeG4R1T7CHKHCKKB0aMYHxKmIn_FwM0L9atsKAYyvO0o7semaVDASlJLmo13u95QBiZ4loggA/s1600-h/Imagen+033.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 300px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-bhxfVjimvILP624Lb0LCCjOnwWLON15qxT5T1aHSirObL6tVdt_WRvDVf_D045xUN3HeG4R1T7CHKHCKKB0aMYHxKmIn_FwM0L9atsKAYyvO0o7semaVDASlJLmo13u95QBiZ4loggA/s400/Imagen+033.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5262359175689130194" border="0" /></a><br /><br /><br /><div style="text-align: center;"><span style="font-size:180%;">Quiero quitarme los zapatos<br />y andar descalzo por el mundo sabiendo que me quieres.<br />Quiero quitarme los zapatos<br />y descansar bajo la sombra de un árbol de mi pueblo.<br />Quiero quitarme los zapatos<br />y soñar a que te sueño sin tus zapatos puestos.<br /></span></div><div style="text-align: center;"><br /><br /><br /></div>Cut Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/13334884701339040610noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1681162142350140758.post-88050117752575501892008-09-08T11:25:00.000-07:002009-06-18T14:56:48.449-07:00T E R E S A<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyKGkPWrwY-o1wB1fObEmeNlQKsxjanW9LlDuT625NTgk76rblv08L904FUi2d_OllyFZTzmh20cIF_IMtIIFf-7dIlljmuU9w6h9sfMjpuOhURPVpiaTODX5C-sgzSrBI5YttTfpxpTQ/s1600-h/FOTOS...CUT+057.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5246075438981798930" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: pointer; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyKGkPWrwY-o1wB1fObEmeNlQKsxjanW9LlDuT625NTgk76rblv08L904FUi2d_OllyFZTzmh20cIF_IMtIIFf-7dIlljmuU9w6h9sfMjpuOhURPVpiaTODX5C-sgzSrBI5YttTfpxpTQ/s400/FOTOS...CUT+057.jpg" border="0" /></a><br /><div style="TEXT-ALIGN: justify"><span style="FONT-WEIGHT: bold">Como se describe un alma, una fuerza y un sentimiento arraigado de muchas vidas, de mirada sencilla y rostro sereno, te llamo amor. Destino. Sólo al estrechar mis recuerdos, esa palabra que viene ya grabada...Teresa de mi corazón, estas líneas son dedicadas a tí.</span><br /></div><div align="justify"><strong></strong></div><br /><br /><div align="justify"><em>En aquella tierra abrupta, que mi inocencia de niño transformara en jardín, conocí cerros, ríos y un espléndido cielo; éste que para salir de noche se viste de estrellas. En mi jardín supe, también, de mis amigos los que para mi abuelo eran invisibles, y que para mis ojos brotaban en forma de manantiales y vientos, en un infinito horizonte verde. Otros crecían como jacarandas y geranios, o en formas de tórtolas y colibríes con los que nunca dejé de platicar.<br /><br />Fue afortunado y de altura mi jardín, que duda cabe. Lo rodeaban barrancas, soportó tormentas; como es de suponer, algunas de sus flores se marchitaron, algunos arroyos se secaron. Pero en el centro de ese fascinante huerto, mi huerto, o más bien el huerto de ella hubo siempre un árbol -un amate monumental, diría yo- que resistió noblemente a todas las tempestades, y cuyo tronco era su fuerza, la fuerza mía. Y fue precisamente la cortés sombra de ese tronco la que me permitió disfrutar uno de los sueños más placenteros que mi piel recuerda. Estando frente a ella le dije:<br /><br />-Pareces una mujer inteligente, generosa y con la bondad a flor de piel, aunque tus actitudes denuncian el desenfado, la apatía e incluso cierto enojo, dolor y defensa ante la vida; pero me gustaría ver que escondes bajo el pecho y si tu corazón corresponde a lo que supongo -señalé, tomando una de sus blancas manos llenas de ampollas.<br /><br />Rápidamente se abrió el pecho cubierto de cicatrices y casi atropellando las costillas ofreció a mi vista un enjambre de pálidos y firmes huesos, donde descansaba un saludable corazón.<br /><br />-Ahora me gustaría conocer más de cerca tu corazón- me dijo, con voz dulce, al tiempo que tomaba mi mano izquierda y la acercaba a la de ella.<br /><br />Después de consultar el servicio de viajes imaginarios de ida y vuelta de mi jardín, y de tratar de aprovechar las excelencias de su clima para la curación de todo tipo de males cardiacos, divisé un letrero que decía "Con atención especial para niños" y supuse que algo no andaba bien.<br /><br />Pasó algún tiempo y cuando crei que ya sabía mucho de corazones, mi músculo cardiaco comenzó a crecer y crecer...al doble...al triple y aún más. Hasta convertirse en una gigantesca masa escarlata; pero yo sentía miedo. El hecho es que...¡mi corazón no palpitaba!<br /><br />-¿Qué pasa? mi corazón es demasiado grande y tiende a seguir creciendo; sin embargo, se niega a palpitar- le dije mirando sus ojos marrón claro y brillantes como el sol.<br /><br />-Es compresible tu temor mi niño. Los corazones, como los afectos, poseen los caminos más intrincados y delicados que conozco. Sin embargo, el desasosiego que oprime al tuyo se calmará tan pronto le dediques la atención adecuada y, sobre todo, si procuras tenerle cerca uno que coincida o empalme con el tuyo. Dicho esto, se rasgó la piel nuevamente, extrajo su enorme corazón y lo colocó en el interior de mi pecho.<br /><br />No acababa de despertar de este maravilloso sueño, de sonreir satisfecho, cuando mi corazón comenzó a vomitar estruendosas palpitaciones de júbilo. Se armó ahi una brincadera: él dentro de mis costillas y yo a un lado del tronco.<br /><br />Este árbol es de los que uno jamás se aleja porque siempre han sido dueños del tiempo. Porque sus ramas fueron siempre frondosas, renovadas, protectoras. A su su sombra me crié y me quité los huaraches para practicar mi ejercicio favorito: ¡soñar!. Árbol duro solamente de corteza, a veces hostil, pero igualmente sabedor de la importancia de sonreír para sí mismo y para los demás. Árbol que practicó el dificil arte de envejecer con generosidad y sentido del humor. Árbol que como nadie supo llevar con dignidad y orgullo su origen provinciano. Árbol que no buscó los halagos y mucho menos los agradecimientos. Prefirió los afectos. Árbol a quien mis hermanos preferían llamarle<span style="FONT-WEIGHT: bold"> "Mamá"</span> a pesar de llamarse <span style="FONT-WEIGHT: bold">Teresa</span>.<br /><br /><br /></em></div><br /><div align="justify"><em></em></div>Cut Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/13334884701339040610noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1681162142350140758.post-74520781620720374912008-09-07T10:15:00.000-07:002008-09-07T11:22:56.182-07:00EN LAS MANOS DE DIOS<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_LXBn4Cy2RQY/SMQZEfjhW5I/AAAAAAAAADY/k7Y6VykFVI8/s1600-h/abortofotoblanco.jpg"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer;" src="http://1.bp.blogspot.com/_LXBn4Cy2RQY/SMQZEfjhW5I/AAAAAAAAADY/k7Y6VykFVI8/s400/abortofotoblanco.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5243343431146757010" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify; font-style: italic;">Conforme avanzaba hacia la entrada de aquella sombría vecindad de uno de los barrios más pobres de la Ciudad de México, María apretaba severamente las mandíbulas mientras sus delicadas y pequeñas manos destilaban chorros de sudor.<br /><br />José tampoco pudo ocultar su nerviosismo y cuando entraron a lo que hacía las veces de sala de espera, de lo que pensaron era un consultorio, se miraron sorprendidos al constatar la presencia en el lugar de por lo menos cuatro parejas más; de las cuales las muchachas no rebasarían los 23 años de edad.<br /><br />Luego del trámite de rigor con una recepcionista entrada en inviernos y que vestía muy formal, esperaron su turno en un pequeño patio desde el que se veía un automóvil nuevo y caro estacionado en la calle. Cerca de éste se encontraban dos jóvenes que parecían discutir; la chica comenzó a llorar.<br /><br />Minutos después apareció frente a María y José un hombre maduro de hablar cariñoso y cordial. Era el doctor, evidentemente.<br /><br />-¿Quién es el enfermito?, díganme<br />-Yo doctor -respondió María-, con voz temblorosa, y enseguida explicó su situación.<br />-Muy bien madrecita...¿quieres que te de cita para otro día, o...?<br />-No doctor, si se puede ahorita mismo.<br />-Muy bien madrecita, pero me tienes que ayudar con reposo absoluto durante ocho días ¿de acuerdo?...Y les va a costar tres mil quinientos pesos.<br /><br />Nuevamente saliero al patio, mientras las otras pacientes eran atendidas. María vivió entonces los peores momentos de angustia durante esa nueva espera. "Allá adentro estaré sólo en las manos de Dios", se dijo. Mientras José tomaba lugar en la reducida sala y fingía leer el periódico. Durante veinte minutos, apróximadamente, en su cabeza y corazón solamente se movió la imagen de la dulce mirada de su compañera, quien al poco rato apareció con una palidez extrema en la cara y haciendo muecas de dolor.<br /><br />Compraron dos jugos de botella y abordaron un taxi rumbo al sur de la ciudad. José le pidió al chofer que manejara despacio y con cuidado. Abrazados y recordando los rostros atemorizados de aquellas jovencitas de la vecindad, coincidieron al susurrar: "Dios nos tuvo en sus manos".</div>Cut Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/13334884701339040610noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1681162142350140758.post-58374872955642214482008-09-04T18:03:00.000-07:002008-10-10T17:18:50.411-07:00Cut Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/13334884701339040610noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1681162142350140758.post-44343146233941050082008-09-02T16:57:00.000-07:002008-09-06T17:26:49.764-07:00LOS ARETES DE MEDIAPERLA<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_LXBn4Cy2RQY/SL3v8KxXn3I/AAAAAAAAAC4/pGoacJ59SG0/s1600-h/152386-4-1-99_IVE_D15522D.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5241609358291738482" style="FLOAT: left; MARGIN: 0pt 10px 10px 0pt; CURSOR: pointer" alt="" src="http://3.bp.blogspot.com/_LXBn4Cy2RQY/SL3v8KxXn3I/AAAAAAAAAC4/pGoacJ59SG0/s400/152386-4-1-99_IVE_D15522D.jpg" border="0" /></a><br /><div style="FONT-STYLE: italic; TEXT-ALIGN: justify"><span style="FONT-WEIGHT: bold">"Yo los guardo en un cofre dorado..."</span><br /><br />Llegamos a Taxco un poco antes de las diez de la mañana y de inmediato fuimos al encuentro de un buen sitio para consumar -y consumir- el almuerzo urdido por nuestros estómagos en la carretera. Era un sábado de marzo, cálido y festivo. Luego de saborear una exquisita cecina de venado en salsa de jumil, nos entrevistamos con un funcionario de turismo del estado de Guerrero, con quien esbozamos los pormenores de una exposición de pisaje mexicano que montaría una pintora amiga mía en la siguiente Semana Santa en aquella colonial y espléndida ciudad. En ese momento, ninguno de los dos imaginó lo que ocurriría ese día.<br /><br />Al cabo de un buen rato, caminamos por una callejuela cuyas bardas soportaban enormes racimos de bugambilias moradas y rojas, las cuales parecían sonreír a las marquesinas de teja contiguas. Allí una vieja vendedora de amaranto y miel nos indicó como llegar al mercado de artesanías. Justo antes de irnos preguntó si pensábamos comprar algo especial en aquel lugar.<br /><br />-Unos aretes de mediaperla -contestó la morena, con cierta impaciencia.<br /><br />Mi acompañante y yo, verdaderos maniáticos de la merca, convenimos en buscar unos zarcillos que hicieran juego con el collar de perlas -bueno, de imitación de éstas- que ella había comprado días antes en Perisur. De modo que fuimos, venimos, subimos, bajamos y ¡nada!. Cuando en ciertas tiendas algunas piezas no la dejaban satisfecha, en otras de plano no las había y los tan ansiados aretes parecían existir sólo en su imaginación.<br /><br />-Seguro que en Taxco si hay -había sentenciado tiempo atrás mi menuda compañera de los ojos campantes-; ahora que vayamos por lo de la exposición, los compramos -añadiría-. Una jornada más que sorpresiva nos esperaba.<br /><br />Los días anteriores a ese sábado en aquel pequeño paraiso colonial, que más adelante guardaríamos en el baúl de los recuerdos como imborrable, no se habló de otra cosa que no fueran los aretes de mediaperla y la dificultad para hacerse de ellos en una metrópoli como la Ciudad de México, donde diariamente brotan como hormigas centros comerciales, bazares, plazas, tianguis...Lo cierto es que apenas surgió la posibilidad de viajar a Taxco, el que comenzó a viajar fui yo, pero con la imaginación. Pensé que cumpliría con un compromiso laboral, encontraría los susodichos, pero, sobre todo y lo más importante: ¡por fin existía la posibilidad real de acurrucarme con esa criatura deliciosa!.La de los pies más hermosos que hasta entonces jamás había visto.<br /><br />En el mercado de artesanías señoreaba un ambiente de verdadera feria, enmarcado por una tarde y un cielo limpios en extremo, apenas terminada una tupida aunque momentánea lluvia. Nunca habíamos visto cielo tan bonito: nubes de colores, un arco iris como los anillos de saturno de grande y los rayos del sol como si estuvieran pintados con oro y fuego. Pero, con todo, lo mejor estaba todavía por llegar.<br /><br />De pronto, todo nos pareció muy alegre, se diría que recien bañado; como si las cosas fueran nuevecitas, apenas salidas de la mano de Dios. Pisando charcos que parecían de lumbre, recorrimos calles y callejones repletos de joyerías y compradores, sólo para acreditarnos desencanto tras desencanto en nuestro empeño por encontrar los aretes. Se repetía la historia de la Ciudad de México. Fiel a una actitud de claro desasociego, la morena apenas alcanzaba a rezongar algunas palabras imprecisas con quien sabe qué músicas en el pensamiento.<br /><br />Poco a poco el día comenzó a despedirse. Las campanas de Santa Prisca saludaron con un tono peculiar en siete ocasiones el paisaje pueblerino, quizá anunciando una noche que no iba a ser facil de olvidar. Y entonces se deslizó nuevamente en mi pensamiento, como una dulce nota musical, la idea de encontrarme a solas con ella. Como tantas veces lo había imaginado: en una enorme habitación, cuyas paredes cubrieran lujosos espejos; enmedio de ésta una cama de madera, colchón redondo y sábanas de lino blancas, para contemplar sobre ellas su ondulada y negra cabellera; la opulencia de sus caderas, esos espléndidos senos que más de una vez me habían inquietado y la sensualidad única de sus pies. ¡Que goce el sólo imaginarlos...ver, acariciar y besar esos magníficos pies!.<br /><br />Sonriente, la invité a buscar un hotel para pasar la noche. Enseguida pareció adivinar los deseos que en ese momento me comenzaban a quemar. Su respuesta fue una curiosa, más bien pícara, mueca. Así emprendimos otra búsqueda que, igualmente, se perfilaba como inútil. Estuvimos a visitar los cinco o seis lugares de alojamiento más importantes de Taxco, tan sólo para escuchar la misma respuesta: "no hay habitaciones".<br /><br />Cerca de las nueve de la noche, decidimos, casi desconsolados, que nuestra presencia en el pintoresco hotelito que se alzaba frente a nosotros sería nuestro último intento para encontrar posada; en caso de fracasar, regresaríamos a casa enseguida.<br /><br />No habíamos cruzado la pequeña cerca de madera, la cual sostenía un anuncio, "El Fortín de las Flores. Bienvenidos", cuando nos envolvió un estupor extraño que nos recorrió con tibieza de los pies a la cabeza. En la recepción, con nuestras manos sudorosas y firmemente entrelazadas, vimos que se acercó un hombre entrado en años y bajo de estatura -quien dijo llamarse Alfredo-únicamente para informarnos lo que menos queríamos.<br /><br />-Esperen -dijo el tipo- cuando con el corazón a medio latir buscábamos ya la salida.<br /><br />-Hay un cuarto, el nueve, que puede estar ocupado o ¡vacío!...depende, -añadió Alfredo con mirada harto extraña-<br /><br />Nos relató que el cuarto había sido ocupado cuatro días antes por una pareja, "dizque de recien casados"; que desde entonces no los había visto entrar o salir, ni tampoco escuchar en su interior ruido alguno. Reconoció su negativa para abrir el cuarto y admitó su temor de encontrarse ante una tragedia y llamar a la policía, y no sólo perder su tranquilidad sino incluso su libertad y seguramente hasta su patrimonio. Con todo, nos invitó, decidido, a abrirlo y enterarnos de una buena vez lo había ocurrido allí.<br /><br />Por un pasillo, largo y estrecho, llegamos a la puerta que tenía el número nueve. Las manos temblorosas del viejo hotelero introdujeron en la cerradura una llave plateada, mientras el azoro se apoderaba de los tres y hacía trabajosa nuestra respiración. Alfredo abrió la puerta y aquel fue un instante mágico. Allí estaba la habitación que había yo imaginado. Cubierta por ostentosos espejos y reflejando una cama redonda que era digna de los mismos ángeles. Me pareció tan inmensa que cualquiera hubiese creido que era un oceáno de sábanas blancas. Sin embargo, lo que más nos impresionó de lo que descansaba en esa exquisita plataforma era el color diverso de una buena cantidad de gerberas que, en perfecta comunión, se mecían sobre grandes chorros de miel. Esta última, por cierto, formaba un discreto charco, justo en el centro de la cama, y entre almohadones azul celeste guardaba en su interior las joyas más hermosas que jamás habíamos visto: unos ¡aretes de mediaperla!. </div>Cut Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/13334884701339040610noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1681162142350140758.post-70888042068372026332008-08-31T17:38:00.000-07:002008-10-02T22:10:17.701-07:00DELICIOSA MORENA<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_LXBn4Cy2RQY/SNBg3wOJ-hI/AAAAAAAAAEo/Yjbde-p-pQ0/s1600-h/piconera3.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer;" src="http://3.bp.blogspot.com/_LXBn4Cy2RQY/SNBg3wOJ-hI/AAAAAAAAAEo/Yjbde-p-pQ0/s400/piconera3.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5246800076839975442" border="0" /></a><br /><div style="text-align: center;"><span style="font-weight: bold;font-size:180%;" >¿Qué porqué el color de tu piel?<br /></span><span style="font-weight: bold;font-size:180%;" >deliciosa morena<br /></span><span style="font-size:180%;"><span style="font-weight: bold;">pregúntale al sol y te dirá<br /></span><span style="font-weight: bold;">deliciosa morena.</span></span><br /></div>Cut Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/13334884701339040610noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1681162142350140758.post-48502195130370082572008-08-31T13:44:00.000-07:002008-09-08T19:11:40.035-07:00DE TANTO CORAZÓN<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_LXBn4Cy2RQY/SLs2qAnIKxI/AAAAAAAAACI/Mjtukkzbnvg/s1600-h/DIAMANTE.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer;" src="http://2.bp.blogspot.com/_LXBn4Cy2RQY/SLs2qAnIKxI/AAAAAAAAACI/Mjtukkzbnvg/s400/DIAMANTE.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5240842686722222866" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: bold;">Todos se habían convencido de su evidente preferencia por las piedras preciosas y por el aire y el sol de la naturaleza. En cierto modo, las poseía; unas y otros hacían lucir todo el tiempo su belleza. ¡Que caray! toda ella era una gema al natural.</span><br /><br /><span style="font-weight: bold;">Sin embargo, era bien conocido un hecho contundente: el tesoro más preciado y valioso que tenía lo guardó celosamente en secreto hasta su muerte. Nadie jamás supo de él. Y así permaneció por algún tiempo.</span><br /><br /><span style="font-weight: bold;">Ya por la erosión del viento, ya por el calor de su propio espíritu, ya por el ansia desmedida de ver la luz de las estrellas...lo cierto es que una mañana apareció sobre su tumba una joya preciosa en forma de corazón derretido sobre una delicada franela de terciopelo negro.</span><br /></div>Cut Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/13334884701339040610noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1681162142350140758.post-27870289234886587622008-08-30T17:16:00.000-07:002008-09-05T19:02:36.983-07:00CARTA DE PAULO COEHLO<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1KqlImGvuU7DsVftngUdHDX37XR3K9lID5Qy_C94GrKlPje_hrgryxy4IDC1mCCpWFKEMKAFBQq2rc8Mkz-mfVB9HkcBw0zVJwsq9HjdrP5NW4EVVBNFBwCNVznEx5wSKUAsgT1UuFkg/s1600-h/PAULO.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5240493523933841554" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: pointer; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1KqlImGvuU7DsVftngUdHDX37XR3K9lID5Qy_C94GrKlPje_hrgryxy4IDC1mCCpWFKEMKAFBQq2rc8Mkz-mfVB9HkcBw0zVJwsq9HjdrP5NW4EVVBNFBwCNVznEx5wSKUAsgT1UuFkg/s400/PAULO.jpg" border="0" /></a><br /><div style="TEXT-ALIGN: justify"><span style="font-family:lucida grande;"></span><br /><div style="FONT-STYLE: italic; TEXT-ALIGN: justify"><span style="FONT-WEIGHT: bold">Maestra Judith y a sus discípulos, en especial a Cutberto:</span><br /><br />Me permití pedir tradujeran este saludo para ustedes ya que nuestra conversación, no por breve será menos interesante y constructiva. De una forma poco usual, y la que en contadas ocasiones se dio, no en un mensaje de fin de año, pues cada día, cada instante es una vida, donde debemos vizualizar nuestros sueños y hacerlos tan concretos que podamos vivir en ellos, tan inmensamente reales que nos permitan ser plenos e integros. Cada segundo es un combate, cada minuto un triunfo sobre nuestras propias vidas, no siendo importante en nuestras creencias, las diferencias, si empuñan una espada como nosotros. Tal vez de otra forma, son los mismos Guerreros de la Luz, que en diferentes pensares vamos por un mismo fin.<br /><br />Entre vosotros hay un amigo a quien admiro y respeto, como colega, ser humano y hermano, que tal vez en su modestia no expresó sus triunfos, que en escaso tiempo logró. Pues yo quiero y por primera vez hacer públicas mis felicitaciones porque ¡osaste tomar la pluma y hacer tu Don hablar más fuerte que a ti mismo!, por ¡osar amar y ser amado!, y por ¡permitirme humildemente ser tu compañero de futuras y espléndidas jornadas! Cutberto. Ahí, en el reconfortante sentir de cariños sinceros, te digo: gracias porque nos estas permirtiendo sacar del encierro tus valiosas letras, que ahora llenarán de arte almas tal vez necesitadas de luz, por tu<span style="FONT-WEIGHT: bold"> Soy otro yo.</span>..¡gracias!<br /><br />Maestra Judith, una vez más le agradezco el permitirme entrar a la intimidad de sus enseñanzas, distrayendo su valioso tiempo, sólo quiero expresarle el placer de compartir estos minutos, de camaradería y leal reciprocidad. De igual modo, augurarle todos los éxitos para los tiempos venideros que, sin duda, llegarán gracias a la sabiduría de su pensar, la entrega de su amor y, sobre todo, el coraje de dar una batalla entre multitudes de almas ciegas, que imagino usted, con paciencia y dotada de una luza natural, ilumina caminos ya creíamos perdidos. Y dejándole la invitación a nuestra Fundación, donde no sólo será bienvenida, si no, también, en la esperanza de compartir su sabiduría.<br /><br />Que el futuro sea como cada uno de ustedes lo requiere. Sólo me permito desear plenitud y amor, desde el fondo de mi alma. Que Dios ilumine sus familias, y nos permita ser a cada uno de nosotros cada día Guerreros de Paz y Verdad.<br /><br />Extiendo mi mano y mi sincera venia.<br /><br /><span style="FONT-WEIGHT: bold">Paulo Coehlo (Noviembre / 2007 )</span><br /><br /></div></div>Cut Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/13334884701339040610noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1681162142350140758.post-11671872568300058282008-08-28T11:14:00.000-07:002008-09-20T19:19:38.612-07:00SOY OTRO YO<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3xO3kc3Dl9H4qFiA64PoRusONDXS6AI0TCYFwaFg0mKgPU0fLUQr8m3ndrqQB_00gZBU9gTz9-2hrjdg5nH7qiXHH6jyNWH1UWc5c0ushC7Ud_Wy1V9hJyLJ9ANxWMavvdyOPgvSGlxc/s1600-h/2149921.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5239654486675641890" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3xO3kc3Dl9H4qFiA64PoRusONDXS6AI0TCYFwaFg0mKgPU0fLUQr8m3ndrqQB_00gZBU9gTz9-2hrjdg5nH7qiXHH6jyNWH1UWc5c0ushC7Ud_Wy1V9hJyLJ9ANxWMavvdyOPgvSGlxc/s400/2149921.jpg" border="0" /></a><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;"><strong>Soy otro yo</strong>, luego de hallarme</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">solo en el aire, oculto,</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">en aquel mundo a la humana.</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">Al alcance de un dios personal,</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">despojado de luz para mis ojos</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">y arrojado a un silencio que hacía llaga.</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;"></span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;"><strong>Soy otro yo</strong>, inexorablenete yo,</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">apenas comprendí que soy responsable</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">de lo que me sucede.</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">Y todavía no he visto mucho</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">pero sí lo suficiente</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">para no ocultar este asombro</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">del gran poder de mi mente.</span></em></div><br /><div align="center"><span style="font-size:130%;"></span></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;"><strong>Soy otro yo</strong>. Que duda cabe que he nacido</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">de nuevo, porque soy un ser mental,</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">que puede pensar, razonar, entender,</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">recordar y juzgar; soy inteligente</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">y mi bondad florece.</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">Ahora veo el alba cuando despierto,</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">y si algo reclamo es porque me pertenece.</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;"></span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;"><strong>Soy otro yo</strong>, al cerrar los ojos en voz baja,</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">al meterme sin temores en el sueño.</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">Y en un instante mi esencia que trabaja</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">examania la verdad, el bien, la perfección</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">y madurez de que soy dueño.</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">El dolor se quedó atrás,</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">es aroma de creencia vana,</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">tan sólo es imaginación</span></em></div><br /><div align="center"><em><span style="font-size:130%;">Ahora soy Dios para mí...<strong>Soy otro yo</strong>.</span></em></div><br /><div align="center"><em></em></div>Cut Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/13334884701339040610noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1681162142350140758.post-71507915025000100942008-08-18T07:51:00.000-07:002008-09-20T19:17:54.029-07:00DE PUNTUALIDAD Y TARDANZA<a href="http://4.bp.blogspot.com/_LXBn4Cy2RQY/SMHj6XIXd0I/AAAAAAAAADQ/fyDUeHq6GF8/s1600-h/FOTOS...CUT+100.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5242722033016993602" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://4.bp.blogspot.com/_LXBn4Cy2RQY/SMHj6XIXd0I/AAAAAAAAADQ/fyDUeHq6GF8/s400/FOTOS...CUT+100.jpg" border="0" /></a><br /><br /><br /><br /><div align="justify"><em><span style="font-size:130%;">Esa tarde llegué puntual. Me apuraba, en primer lugar, estar a la hora convenida; aunque, luego, una mezcla de ansiedad, miedo, felicidad y nerviosismo, junto con el bullicio propio de la cafetería, lograron que me olvidara del tiempo.</span></em></div><br /><br /><div align="justify"><em><span style="font-size:130%;">Hasta ese momento, la puntualidad y la tardanza tenían significados más bien vagos para mí y se diría que con frecuencia hasta los llegué a confundir.</span></em></div><br /><br /><div align="justify"><em><span style="font-size:130%;">Lo menos que esperaba era oir precisamente una voz asi: "Perdón por la tardanza, no fue fácil llegar...", sonó casi como caricia, después de un cordial saludo.</span></em></div><br /><br /><div align="justify"><em><span style="font-size:130%;">Más que sorpresiva, fue inquietante su voz. Su terso timbre me arropó por completo y un calorcito, entre dulce y seductor, recorrió todo mi cuerpo, desde los pies hasta la cabeza. Corto usuario del idioma de Cervantes, apenas un "hola" pude externar, al tiempo que su mirada atrapaba la mía.</span></em></div><br /><br /><div align="justify"><em><span style="font-size:130%;">A pesar de parecerme sorprendente y nueva aquella presencia, la conocía desde siempre; estaba seguro de ello. Dos espléndidos ojos como los suyos, llenos de luz, son de los que uno trae surcidos a las entrañas quizá antes de nacer.</span></em></div><br /><br /><div align="justify"><em><span style="font-size:130%;">Una hora o dos pasaron como un suspiro. De pronto, estaba solo caminado por una ancha avenida. Me pareció muy rápido el encuentro, y con exagerada precisión yo diría. Metí las manos a las bolsas de la gabardina para encontrar el siguiente mensaje perfectamente escrito en una servilleta con la rúbrica de la cafetería: "Te espero pasando las estrellas. Se puntual".</span></em></div><br /><br /><div align="justify"><em><span style="font-size:130%;"></span></em></div><br /><br /><div align="justify"><em><span style="font-size:130%;"></span></em></div><br /><br /><div align="justify"><em><span style="font-size:130%;"></span></em></div><br /><br /><div align="justify"><strong><em></em></strong></div><br /><strong><em></em></strong><br /><br /><strong><em></em></strong>Cut Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/13334884701339040610noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1681162142350140758.post-67117818616092228422008-07-25T16:20:00.000-07:002008-09-20T12:28:06.741-07:00UN SER SENTIMENTAL (O COMO LOS QUE SUEÑAN DE DÍA AMAN TANTO O MÁS QUE LOS SUEÑAN DE NOCHE)<div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic;font-size:100%;" ><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgz9yF3KWE3nkNtxrtNnPmvPnnfM0eaLQMNctdTu1mhbg82H6zeKa606peA4k09rbazjzKFcDQzCo0MY3ZiBqOstDFBqE9_R3vW4ycSgNzu2I7LjzapBqVJizcS0cyZiPaIpo8v8EufLo4/s1600-h/PAO..VASO+024.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5227448163241463570" style="margin: 0px auto 10px; display: block; cursor: pointer; text-align: center;" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgz9yF3KWE3nkNtxrtNnPmvPnnfM0eaLQMNctdTu1mhbg82H6zeKa606peA4k09rbazjzKFcDQzCo0MY3ZiBqOstDFBqE9_R3vW4ycSgNzu2I7LjzapBqVJizcS0cyZiPaIpo8v8EufLo4/s400/PAO..VASO+024.jpg" border="0" /></a></span>Foto: Barry Domínguez<br /><br /><br /></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;"><span style="font-weight: bold;">Para Diana, Paco, Diego y Rodro, mis amados hijos...a quien si no.</span><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: left;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;"><br /></span></span></p><br /><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: right;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="text-align: right;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: right;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="text-align: right;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><strong>“El tiempo y la distancia no importan, sólo la vida.”</strong></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;">Mi casa, la casa de ustedes, como acostumbramos decir con sinceridad en provincia, para beneplácito de huéspedes y anfitriones, estaba acomodada en los pliegues de una pequeña loma de un pueblo guerrerense que tiene la gracia de llamarse Tierra, y como imitación del alma de sus habitantes, apellidarse Blanca. De ella recuerdo las más cálidas noches, que ha saboreado mi piel, así como los nardos y plantas de nochebuena que cultivaba mi madre.</span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><strong>Trazos de memoria</strong></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><strong>“Las estrellas como cobija”</strong></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;">El dormitorio que compartía con mi hermano mayor, si así se le puede llamar a un cuartucho de madera, techo de dos aguas, y coronado con teja rojiza, tenía dos ventanas encontradas; una miraba a un extenso patio con manglares y bananeros, quizá más allá algunos sauces y ciruelos; la otra daba a un corral de leños, gruesos y oscuros, qué por la forma de estrecharse a una frondosa bugambilia guinda, nunca dudé que estuviera enamorado de ella. Era en este segundo mirador, respaldado siempre por un cielo azul, que hasta hoy se viste de estrellas para salir de noche, por donde dejaba escapar mis fantasías de niño.</span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;">De noche, y visto desde mi segunda ventana, el panorama de mi pueblo era tan solo poesía. En esos momentos, incluso el frío que inquietaba mis pies desnudos, se hacia tibio, de tan sólo mirar la competencia fascinante entre luceros y luciérnagas, que tapizaban el horizonte convirtiéndolo en un lago de luces palpitantes. Siempre creí, que el fulgor de las estrellas tintinaba permanentemente, porque respiraba y se movía con vida propia; lo imaginaba como pequeñas embarcaciones en una gigantesca laguna.</span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;">Quién lo diría… Esa mi casa, de todos, de siempre, es ahora apenas una pequeña mancha parda trepada en una loma agreste, y como en un acto de venganza por el paso del tiempo a la que ha sido sometida, se ve de rodillas ante ese cielo claro que la vio erguirse hace más de cincuenta años. </span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;">Se dice que los adobes que antes fueron paredes, resguardan las ánimas de algunos muertos y un vivo; yo, que sin duda, junto a mis sueños, el alma que me impulsa ha definido el tránsito de mis vidas pasadas y encaminará las que me faltan.</span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;">Transpirando en una oscilante nostalgia y el alma de la mano, no sólo para aparecer en mi cara como una gota fresca de rocío en tarde calurosa, si no para recordarme quién soy y qué hago aquí, me animo y hago, con cierto temor, este repaso.</span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;">Cierto día dijo a mi madre don Goyo, el nevero…“Este mocoso no tiene un carajo de nariz, está chato”, cuando apenas sumaba yo cuatro o cinco meses de edad. Esta exclamación me identifica hasta hoy entre amigos y familiares de considerable edad, se lo llegué a dispensar<span style="font-size:0;"> </span>aquel Santaclós de sombrero y huaraches poco después de saborear su nieve de chocolate, que, según él, “era especial para dioses”.</span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;">Debo admitir, también, los dotes filosóficos del nevero, muy conocido en Teloloapan, el pueblo más cercano a Tierra Blanca, y donde ya hace un tiempo nos habíamos mudado después del viaje de mi padre, una vez màs, a los Estados Unidos, en calidad de bracero. Un día me dijo don Goyo,”Si deveras crees que estás en la razón, pelea con todas tus fuerzas para hacer las cosas a tu modo. Sólo los pescados muertos no van contra la corriente parientito ¿eh?”,me confiaba, mientras le ayudaba a dar vueltas y más vueltas al bote de las delicias.</span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;">Contrario a Tierra Blanca, al que se llegaba bajando por un camino real, algunas veredas estaban llenas de huizaches y cacahuates, y por el mismo monte, Teloloapan, podríamos decir, un pueblo de altura, a cuya iglesia, cerca del Palacio Municipal, plazoleta y cine, se llegaba por empinadas calles empedradas, las mismas que hace más de cuarenta años a los niños de entonces, nos servían como precisos toboganes de nuestros vertiginosos bólidos, en que se convertían nuestras viejas tablas de madera, que, embadurnadas con cera de veladora, no tenían otro encargo que deslizar lo mejor de nuestros sueños y emociones.</span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;">Sin embargo, fue en Tierra Blanca donde viví los mejores momentos de mi niñez. Tan pronto llegaban las vacaciones de la escuela primaria “Macrina Rabadán” de Teloloapan, montaba el burro que tenía mi abuelo y arriaba con él, hasta donde nos esperaba la abuela, con las tortillas de nixtamal, frijoles de la olla, cecina de venado, queso, nata fresca, salsa de molcajete, agua de canela con piloncillo y, a veces, un carácter de la tiznada.</span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;">En ese pueblo más bien pequeño, como un barquito de papel, colaboré en las tareas propias del lugar y de aquel tiempo, como sembrar y pizcar maíz, fríjol, cacahuate, calabaza, cortar leña, ordeñar, ... “Hoy te toca llevar las bestias - caballos o burros - al ojo de agua Chato y les das bien de tragar” era, entre otras, una instrucción común de mi abuelo. Y luego de cumplir la tarea: ¡el gozo!, a recorrer potreros y cerros en el lomo de mi caballo “El Gacho”, cuya oreja derecha caída no le impedía retozar conmigo. Nadar en sus arroyos y treparme a las ramas de guayabos o ciruelos para recibir sus frutos o amparar mi descanso, fueron otros tantos regalos de Tierra Blanca.</span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;">En una ocasión, en plena siembra de fríjol, los cuervos aparecieron en grandes parvadas, causando un grave problema al rascar y sacar la semilla, recién depositada en la tierra de un extenso llano. De modo que mi abuelo tuvo la genial idea de nombrarme “cuida cuervos”, aunque yo, en secreto, claro está, preferí el título de “cuida estrellas”. Mi labor consistía en impedir que “volara” y fuera devorado el fríjol, quedándome toda la noche sobre un árbol, en una improvisada cama de manojos de zacate de maíz, a la espera de la aparición de los alados saqueadores, es decir, muy de mañana, y, resortera en mano, acabar con la amenaza.</span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;">¡Ah, que mi abuelo tan llano e ingenuo! Como era de esperarse, fracasé en la encomienda; en la de mi abuelo desde luego, que no en <st1:personname st="on" productid="la m■a. Al">la mía. Al</st1:personname> comenzar la noche, estuve dispuesto a dormir de inmediato<span style="font-size:0;"> </span>para estar fresco a la mañana que seguiría, pero fue tan seductor el cielo, con su cobija de estrellas, que mis energías se agotaron en las horas y horas que pasé ejecutando uno de mis mayores ejercicios: mirar el infinito y soñar y soñar y soñar...</span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;">Ya se sabe que la memoria es una compañera poco confiable, y que sólo recordamos aquello que queremos. Sobre todo, olvidamos o amortiguamos los dolores, cosa que, por otra parte, me parece poco sana y hasta peligrosa, si me atengo a la promesa que le hice a Teresa<span style="font-size:0;"> </span>- así le llamaré a mi ánima, alma, conciencia, o hasta árbol, como se prefiera - <span style="font-size:0;"></span>de explorar lo más que pueda de mi vida en este recorrido.</span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;">Tierra Blanca y Teloloapan son mi tierra y mi tierra fue mi jardín hasta los once años. En ella, conocí los amigos que Teresa llamaba “invisibles” y que, según yo, brotaban en forma de manantiales. Otros fluían como ríos<span style="font-size:0;"> </span>o viento en extensos prados verdes. Otros más, se me aparecieron como jacarandas o geranios en sus huertos; como pichones o colibríes con los que nunca dejé de conversar, a pesar de un padre siempre ausente de <st1:personname st="on" productid="la casa. Fue">la casa. Fue</st1:personname> elevado mi jardín, que duda cabe. Lo rodeaban barrancos, lo azotaron tormentas; algunas flores se marchitaron, algunos arroyos se secaron. Pero en el centro de ese jardín, mi jardín, hubo siempre un árbol que resistió permanentemente a todas las borrascas y cuyo tronco era su fuerza, la fuerza mía.</span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;">Sus ramas fueron siempre frondosas, renovadas, protectoras. A su sombra me crié, en sus hojas aprendí. Árbol duro solamente de corteza, a veces hostil, pero igualmente sabedor de la importancia de sonreír para sí mismo y para sus retoños. Árbol que aprendió el difícil arte de envejecer con generosidad y sentido del humor. Árbol que no buscó los halagos y mucho menos los agradecimientos; prefirió los afectos. Árbol que para mí era Teresa, pero que mis hermanos preferían llamarle "mamá".</span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;">Hasta aquí podría decir que mi niñez fue “normal” y, si me apuran, hasta feliz. Si bien no tuve regalos en navidad, los paseos y las comodidades que otros chicos de mi edad, con justicia, presumían, disfruté, en cambio, mi intimidad con el campo. En su inmensidad, y con quienes lo conformaban, me reuní a ejercer dos de los milagros de la condición humana: amar y conversar. El y yo conversábamos, esto es, conversaba conmigo o, mejor aún, me conversaba a mí.</span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;">De igual manera, amé los sábados de gloria, con sabor a feria y baile y canutos de mil sabores; degusté el mole de mi tía Ángela, jugué con mi perra “Gorila” y disfruté emocionado las tardes de buen toreo del tío Pancho, las historias que nadie creía de Celerino el peluquero, así como las clases de “Lengua Nacional” del maestro Gelasio, a pesar de los borradorazos que nos lanzaba a quienes lograba pillar distraídos. Las películas de Tarzán en el cine de los Salgado y hasta las peleas “a mano limpia” con “El Plebe” y “La Cucha”, que el mocoserío festejaba en el callejón que unía <st1:personname st="on" productid="la calle Victoria">la calle Victoria</st1:personname> con la capilla de la Cruz<span style="font-size:0;"> </span>de la Vidriera.<span style="font-size:0;"> </span></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;">No obstante, la alegría que mi corazón advertía ante el paisaje que rescataba en Tierra Blanca, decaía, apenas me encontraba frente a cualquier persona desconocida y en un espacio que no fuera el llano. Mi timidez rayaba en el sonrojo fácil e incluso en el gesto huraño y hasta fiero. “A veces, se pone como un cabrón lobo”, le escuché refunfuñar más de una vez a mi madre. No recuerdo muchos amigos en la escuela, en excepción de mi primo Apolinar, “El Cometa”, quien se aparecía en clase cada quince o treinta días. Si algo me comenzó a distinguir entonces, fue una creciente incapacidad para eso que los eruditos llaman “sociabilizar”. Una facha de despiste y enojo, denunciaban en mi cara pecosa un sentimiento de desconfianza que aumentaría con el tiempo. A este racimo de contrariedades se uniría la congoja a poco de que Joaquín, mi padre, anunciara lo que para mí fue un contundente fierrazo: “Que tu madre te ponga en una caja de cartón una camisa y un pantalón; mañana nos vamos a la capital, a la Ciudad de México”. Así daría un cambio radical mi vida...así cambiaría el burro por el tranvía.</span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;">Y ahí quedó, Tierra Blanca, mis estrellas y Teresa…y recorro ese camino que mi padre puso en mis pies…y me trajo hasta aquí…<span style="font-size:0;"> </span></span></p><div style="font-style: italic; text-align: right;"></div><p class="MsoNormal" style="font-style: italic; text-align: right;"><span style="font-size:100%;"><o:p></o:p></span></p><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="margin-right: -11.7pt; font-style: italic; text-align: justify;"><span style="font-size:85%;"><span style=";font-family:Arial;font-size:14;" ><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-right: -21.25pt; text-align: justify;"><i><span style=";font-family:Arial;font-size:14;" ><span style="font-size:100%;"></span><span style="font-size:0;"></span><o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-right: -21.25pt; text-align: justify;"><i><span style=";font-family:Arial;font-size:14;" ><o:p></o:p></span></i></p></div>Cut Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/13334884701339040610noreply@blogger.com1