domingo, 31 de agosto de 2008

DE TANTO CORAZÓN


Todos se habían convencido de su evidente preferencia por las piedras preciosas y por el aire y el sol de la naturaleza. En cierto modo, las poseía; unas y otros hacían lucir todo el tiempo su belleza. ¡Que caray! toda ella era una gema al natural.

Sin embargo, era bien conocido un hecho contundente: el tesoro más preciado y valioso que tenía lo guardó celosamente en secreto hasta su muerte. Nadie jamás supo de él. Y así permaneció por algún tiempo.

Ya por la erosión del viento, ya por el calor de su propio espíritu, ya por el ansia desmedida de ver la luz de las estrellas...lo cierto es que una mañana apareció sobre su tumba una joya preciosa en forma de corazón derretido sobre una delicada franela de terciopelo negro.

No hay comentarios: